Confundimos lo inevitable con lo definitivo y así nos va.
En muchas ocasiones los acontecimientos se precipitan sin
que podamos hacer nada, los eventos y las circunstancias se suceden una tras
otra y entonces, ocurre lo inevitable.
Pero no nos confundamos con lo definitivo, aquello que
sucede y no puedes cambiar. Probablemente, casi todo lo que sucede como
inevitable, se puede cambiar. En nosotros está la capacidad de darle la vuelta
a aquello que ha sucedido de manera inevitable y no dejarlo que sea definitivo.
¿Sabes? Creo que deinitivio sólo está la muerte y tampoco, yo creo que hay algo
más, algo más al otro lado, quizá una nueva vida, sí, me gusta pensar eso.
Quizá sea cobarde, pero me gusta pensar que no hay nada definitivo.
Si no puedes evitar lo inevitable no es una desgracia o mala
suerte, no, es en esencia, la vida.
La VIDA con mayúsculas que nos sorprende con
decisiones que en muchas ocasiones no nos gustan pero que no nos queda más
remedio que aceptar. Intentemos o no cambiar determinadas cosas, hay veces que
no podemos. Y basta de predicadores baratos que se hartan de decir que todo lo
puedes cambiar, que todo puedes decidirlo tú. Para mí no es cierto, en muchas
ocasiones no podemos cambiar lo que sucede, ni siquiera nos está permitido
intervenir, ahora, eso sí. En nosotros queda dejarlo como definitivo.
No debes conformarte con que si algo ha salido mal es que es
así, no puedo hacer nada por ello. Quizá no, pero seguro que puedes esperar el
momento adecuado para hacer algo; o simplemente puedes darle la vuelta a eso irremediable
y convertirlo en algo posible o al menos en algo más positivo de lo que era
antes.
Tenemos el don del pensamiento, pero aún más importante,
tenemos el don de poder cambiar el mundo, cambiar aquello que sucede. Leía hace
tiempo una frase de Eduardo Galeano "Mucha gente pequeña, en lugares
pequeños, haciendo cosas pequeñas, puede cambiar el mundo". Así es,
no te conformes con algo que no puedes remediar, haz algo para remediarlo, para
cambiarlo, para darlo la vuelta y convertirlo en algo favorable para ti; y si aun
así no puedes hacer nada, míralo de frente y relativízalo.
Sinceramente creo que damos demasiada importancia a muchas
cosas que realmente no son tan importantes. ¿Has pensado alguna vez que pasaría
si eso te sucediera bajo otras circunstancias? ¿Te has parado a pensar qué
pensaría otra persona en otras circunstancias de eso que te aflige? Relativízalo.
Dale a cada cosa la importancia que tiene, en el lugar y en el momento en el que
sucede. Un ejemplo, no es lo mismo que se te rompa el coche bajo tres
circunstancias distintas:
- Tienes otro coche y además no lo necesitas para nada de manera urgente.
- Te has quedado en el paro, lo necesitas para una entrevista de trabajo de mañana y nadie puede dejarte el coche.
- Te ha sucedido en medio de una carretera en la que llevas más de 200 kms sin ver un coche, se hace de noche y toda la zona está nevada. La temperatura baja a menos de 10º
Relativizar. Ahí está la clave. Además, intentemos averiguar
si eso que ha pasado al coche lo podía haber evitado ¿mantenimiento preventivo?
¿Llevar un móvil? Y más curioso ¿Es definitivo? Por ejemplo ¿rutas alternativas?
¿Medios de transporte públicos? ¿Funciona el motor aunque el coche no se mueva
por lo cual puedo usar la calefacción? ¿Tengo alguna forma de avisar a
emergencias?
Las tres circunstancias nos alterarían, sin duda, pero ¿a
que no nos iguales? Si pensamos en lo que podría haber pasado y sobre todo como
solucionarlo, seguro que se nos hace menos el problema.
Inevitable ¿Seguro? ¿No puedes hacer nada para evitarlo? Recuerda
in-evitable (¿no evitable?).
Definitivo ¿No se puede hacer nada, de verdad? ¿No puedes
cambiar absolutamente algo para que deje de ser definitivo?
Pide ayuda, busca a alguien que te pueda echar una mano. No estas
sólo o sola, que lo sepas.
Utiliza el humor, la imaginación y el ingenio que por
derecho tienes.
Mucha Luz en tu Camino Personal.
#unpasoentucamino #jcmt
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