Antes de responder a esa pregunta, hay que entender como se forma la piel de cebolla que esconde dentro a ese Gran Ser que eres TU.
A nivel mental, crecemos heredando, integrando y absorbiendo toda una serie de experiencias y vivencias que van conformando y transformando nuestra realidad. Aprendemos matemáticas, idiomas, lo que está bien, lo que está mal, etc. nos adaptamos a nuestro entorno familiar, educativo y laboral...
Pero a nivel emocional es donde más daño se produce, muchas veces sin darnos ni siquiera cuenta. Crecemos pensando que somos imperfectos, que tenemos que ser "otra cosa" de lo que somos para que nos quieran, nos percibimos en muchas ocasiones, como un "error", creando la gran separación entre el Otro y el Yo.
Los juicios, las quejas, las culpas... cada vez hacen más grande la brecha entre los seres humanos, incluso entre los que se aman o dicen amarse. Se crea esa CAPA DE VULNERABILIDAD, formada por gran cantidad de heridas, llantos contenidos, miedos, esa capa debilita nuestra propia energía, nos paraliza por el miedo al rechazo, al abandono, a no sentirnos uno más.
Fulanito, no grites que no está bien. No saltes encima del sofá. Dale un beso a la tía xxx que te quiere mucho. Sé bueno. No hagas esto, no hagas aquello, haz eso que es mejor...
Para poder "sobrevivir" y adaptarnos al sueño colectivo, PARA NO SENTIR, vamos creando corazas, roles, personajes... cualquier cosa vale que nos ayude a "ser aceptables y aceptados", creamos nuestra CAPA DE PROTECCIÓN.
Al final somos una argamasa de sentimientos no expresados, de capacidades y deseos no realizados. De muchos me gustaría pero no puedo, no debo...
Sólo ese niño interior sabe lo que pudimos ser y como llegar a vernos como éramos.
Le abandonamos por lo que teníamos o debíamos ser y allí quedó, en nuestro interior, oculto y solo.
El nos sigue amando, sigue esperando que un día acudamos a El, le abracemos y le brindemos nuestro amor y comprensión.
¿Cómo llegar a Mi niño/a interior?
Existen muchas formas de acercarse a El/ella, una es la terapia llamada de Niño Interior, se trata de una relajación profunda y guiada por el terapeuta hacia el interior de nuestro ser.
El encuentro con nuestro niño o niña suele ser muy emotivo y sensible pero a la vez lleno de mucho valor.
Particularmente no me gusta hablar de lo que se puede sentir o lo que puede suceder, opino por propia experiencia que cada persona lo vive de una forma tan personal, que es un error generalizar.
Lo cierto es que tras varias sesiones, lo normal es que nuestro concepto de nosotros mismos y la visión de lo que hay en nuestro entorno cambie. Pero como siempre esto dependerá de sí nosotros queremos que esto suceda o por el contrario preferimos seguir en nuestra zona de confort.
Te animo a probar la terapia y ver tu realidad con otros ojos. Pregúntame o consúltame lo que desees.
Mucha Luz en tu Camino personal.
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